13 Aug
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Los alimentos integrales tienen unas cualidades que sus versiones refinadas han perdido "por el camino". Muchos estudios prueban que su consumo es más saludable. Ahora bien, la cuestión es, ¿cuáles son exactamente esos beneficios? ¿Por qué deberíamos comer más alimentos "enteros"?


Son más saciantes                                        

Característica que hace que se retrase la sensación de hambre. Y esto ocurre, no porque los alimentos integrales sean más energéticos, si no por su alto contenido en fibra, aspecto directamente relacionado con su capacidad para absorber agua. 

  • El poder saciante de la fibra hace de alimentos como los cereales, el pan o el arroz,(todos en su versión integral), sean el aliado perfecto en las dietas de control de peso.


Combaten el estreñimiento                         

Junto a su capacidad saciante, otro de los principales motivos por los que es aconsejable el consumo de alimentos integrales es su poder para regular el tránsito intestinal.   

  • En el caso del arroz, recuerda que el blanco es astringente. Es decir, perfecto en los procesos diarreicos. En cambio, el integral, al poseer el salvado externo, pasa a ser lo contrario, es decir, laxante.


Cuidan de tu salud cardiovascular  

Reemplazar alimentos refinados por sus versiones integrales (azúcar, arroz, pan, pasta...) reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. La razón está en su aporte de fibra, ya que esta sustancia dificulta la absorción de las grasas y azúcares.

  • La presencia de vitamina E, que es antioxidante, ayuda en el mantenimiento de los vasos sanguíneos.                 


Retrasan el envejecimiento                           

Debido a la gran cantidad de antioxidantes que posee, su consumo regular ayuda a frenar los primeros signos del paso del tiempo, como las arrugas o la flacidez.

  • Un plato de espaguetis integrales con verduritas no tiene nada que envidiar a la misma receta hecha con pasta refinada.


 Son igual de energéticos                                                       

El estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea) indica que el pan blanco y el integral aportan las mismas calorías, aunque éste último sacia más, lo que ayuda a bajar la ingesta de calorías.

  • El estudio también señala que el pan integral tiene un índice glucémico menor que el blanco, es decir, que el aumento de glucosa en sangre es más lento en el caso del pan integral.

                                           

Controlan la diabetes                                

Uno de los efectos de la fibra es que esta sustancia evita las grandes oscilaciones de azúcar en sangre, lo que contribuye a controlar la diabetes mellitus, especialmente la tipo 2.    

  • Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), tomar 45 g diarios de alimentos elaborados con harinas integrales contribuye a reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y cáncer de colon.


Reducen el riesgo de cáncer colorrectal                                                 

Según la American Cancer Society, en los últimos años, algunos estudios de gran escala han sugerido que la fibra en la alimentación, especialmente de alimentos integrales, puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal.   

  • La fibra contiene butirato, unos ácidos grasos de cadena corta que estimulan las defensas para frenar el tumor.


Fortalecen el sistema inmune  

La flora bacteriana intestinal utiliza la fibra de estos alimentos para su desarrollo y crecimiento. Esta microflora es fundamental como barrera defensiva frente a agentes externos potencialmente peligrosos para nuestro organismo.  

  • Los desequilibrios de la microbiota aumentan el riesgo de enfermedades inmunitarias como alergias, asma y enfermedades intestinales inflamatorias.              


Beneficiosos para la salud

Cada vez son más los estudios que muestran los beneficios que tiene para la salud el consumo de cereales integrales y de aquellos alimentos elaborados con sus harinas.

Uno de estos trabajos, publicado en la revista Jama Internal Medicine, prueba la relación existente entre el consumo de cereales integrales (trigo, avena, cebada, centeno, arroz) con una mayor longevidad. 

En concreto, el estudio, realizado por investigadores de la Harvard School of Public Health, ha demostrado que por cada 28 g de cereales de grano entero consumidos se reduce un 5% la tasa de mortalidad total y un 9% la mortalidad cardiovascular.  


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