En los últimos años, el interés por la longevidad saludable ha crecido exponencialmente. Cada vez más estudios apuntan a que la salud intestinal y, en concreto, la microbiota, juega un papel decisivo en este proceso. Lejos de ser solo una moda del bienestar, el equilibrio de nuestras bacterias intestinales se relaciona con la inmunidad, el metabolismo, la inflamación e incluso el estado de ánimo.

Recientemente se ha estudiado qué tienen en común la microbiota de las personas que viven más de cien años y llegan a esta edad con buena salud. El resultado: cuatro bacterias sobresalientes asociadas a la longevidad, que ayudan a reducir inflamación, protegen el intestino y mejoran el metabolismo”.

La microbiota, que es el conjunto de microorganismos que habita en nuestro intestino, no es igual en todas las personas. Factores como la dieta, el entorno, el estrés, el uso de medicamentos o incluso la forma de nacer (parto vaginal o cesárea) influyen en su composición. Pero, según los estudios recientes, quienes superan los 100 años en buenas condiciones físicas y mentales tienen una característica común: una alta presencia de cuatro tipos específicos de bacterias intestinales.

1️⃣La primera de ellas es Akkermansia muciniphila, una bacteria que ha ganado popularidad en los últimos años por su capacidad de fortalecer la barrera intestinal, mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir la inflamación crónica. “Asegúrate de alimentarla con granada, té verde, arándanos, cacao y pistachos”,  ya que pequeños cambios en la dieta diaria pueden favorecer su crecimiento.

  • 2️⃣La segunda bacteria destacada es Doricobacter, menos conocida pero igual de relevante. Su presencia se asocia a un metabolismo más eficiente y una mejor regulación de la glucosa. “Almendras, kale, avena, linaza y alubias negras son sus favoritos”, y destacando alimentos ricos en fibra y compuestos bioactivos como sus aliados naturales.
  • 3️⃣En tercer lugar, se encuentra la Hostilibacter, una bacteria que se nutre especialmente de almidones resistentes y compuestos prebióticos. “Plátano verde, patata o arroz cocido y enfriado, ajo, cebolla, miso y tempeh tienen que estar en tu plato si quieres alimentarla”. Cuidando ciertas técnicas culinarias simples que ayudan a modificar el perfil nutricional de los alimentos —como enfriar el arroz después de cocinarlo—estaremos favoreciendo este tipo de bacterias beneficiosas.
  • 4️⃣La cuarta y última es Christensenella, una de las más prometedoras en el campo de la investigación sobre longevidad. Algunos estudios la asocian con menor inflamación sistémica, menor índice de masa corporal y una microbiota más diversa y estable. “Es una auténtica fan de los fermentados: el kéfir, el chucrut, el kimchi… pero también de las alcachofas y los espárragos”, por lo que una dieta rica en fermentados y verduras prebióticas puede ser clave para promover su crecimiento.
El chucrut es un probiótico natural que se obtiene de un proceso de fermentación de la col
  • Más allá de la lista de bacterias y alimentos específicos, el mensaje es claro: la salud intestinal no es un detalle menor. Nuestra microbiota influye en procesos fundamentales del organismo y su equilibrio puede ser una herramienta poderosa para prevenir enfermedades y envejecer mejor.

-¿Te parece si les damos más de comer a partir de esta semana?”-



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