Muchas personas intentan bajar de peso haciendo dietas donde restringes calorías y aumentas el ejercicio físico.El nivel de frustración es súper alto porque no logran alcanzar sus objetivos. O no bajan de peso o, si lo logran, rápidamente lo recuperan.
El concepto de cerrar la boca y aumentar el ejercicio físico, está basado en que si creamos un déficit calórico, naturalmente bajaremos de peso. Pero nuestro sistema metabólico ¡es muchísimo más complejo que una simple ecuación de termodinámica! (gastar más calorías de las que consumimos).
El ser humano ha sido creado de una manera asombrosa y poseemos una enorme capacidad de adaptación de nuestro organismo, incluyendo nuestro metabolismo.
Entonces si llevas una dieta hipocalórica y aumentas tu actividad física, estarás generando estrés metabólico. Tu organismo entrará en modo de supervivencia para evitar la inanición, aumentará el hambre y, al cabo de unos pocos días, tu metabolismo basal se adaptará y comenzará a utilizar menos energía. Tu motivación por ir al gimnasio se reducirá, aumentarán tus ansias por comer y no te sentirás saciado aunque hayas comido. Sin energía y ganas de comer, tiras la toalla, abandonas, vuelves a comer, con un metabolismo más lento, pérdida de masa muscular y aumento de tejido adiposo.Y se genera el temido efecto rebote (en un 95% de los casos).
La mejor manera de bajar de peso, no es contando calorías, que es una invención humana. La manera de bajar de peso de manera gradual y sostenible en el tiempo, es implementar un estilo de alimentación basado en alimentos reales, en donde predominen las verduras de todo el espectro de colores, grasas saludables, algo de proteínas y carbohidratos complejos en base a tu actividad física y tolerancia.
Una alimentación saludable genera saciedad, en particular la fibra y proteína. Y lo mejor es que ese hambre perpetuo se acaba.