16 Jun
16Jun

En esta nueva publicación me gustaría hablaros de los alimentos naturales tal como los encontramos en la naturaleza, sin que hayan sufrido ningún tipo de procesado o refinado.

Un alimento crudo es alimento vivo donde hay actividad enzimática.Si por ejemplo, cogemos dos semillas, y cocinamos una, y luego plantamos las dos en la tierra, ¿Cuál de las dos crees que brotaría? La cruda brotaría, por que las enzimas (la fuerza vital) todavía esta viva, en cambio la cocción frena la acción enzimática.

Las enzimas son moléculas de proteínas y cada enzima actúa de determinada forma en el cuerpo realizando trabajos específicos.  En una sola gota de sangre hay más de 100 partículas de enzimas. Estas toman el alimento digerido y lo convierten en sangre, nervios, músculos y glándulas y ayudan a almacenar azúcar en el hígado y los músculos. Nuestros órganos, tejidos y células, todos trabajan mediante enzimas metabólicas. Los minerales, las vitaminas y las hormonas necesitan la presencia de las enzimas con el fin de hacer su trabajo adecuadamente, están involucradas en cada proceso metabólico de nuestro sistema inmune, corriente sanguínea, páncreas, riñones, bazo, etc, descomponen las sustancias toxicas para permitir que el cuerpo las pueda eliminar sin afectar los órganos de eliminación...Como podeis ver necesitamos de estas enzimas para cada acción y reacción química en el cuerpo. 

Pero una vez que  cocinamos un alimento por encima de 47.7 ºC todas las enzimas presentes en él quedan destruidas por el calor y no son capases de desempeñar su función. Aunque la proteína molecular física todavía está presente, a perdido su fuerza vital, como por ejemplo la pila de una linterna que a perdido su energía, permanece su estructura física, pero la energía eléctrica ya no está presente.

Mediante el procesamiento, refinamiento, cocimiento... las enzimas vitales del alimento que comemos son destruidas, y estos alimentos con déficit de enzimas causan desequilibrio en nuestro cuerpo lo cual puede llevar como resultado a carencias y a la enfermedad.

Es importante tener en cuenta que las enzimas de los alimentos crudos, digieren del 50% al 75% de los alimentos sin la ayuda de las enzimas que nuestro propio cuerpo sintetiza. Cuando  la mayor parte de los alimentos que ingerimos son cocinados, nuestro sistema digestivo tiene que producir todas las enzimas, causando en consecuencia un agrandamiento de los órganos digestivos, especialmente el páncreas. Igualmente coloca una carga sobre el sistema inmune del cuerpo.

En conclusión,  nuestra dieta debería consistir en al menos un 50% de alimento fresco y crudo, incluyendo en nuestras raciones diarias más frutas frescas y verduras, como ensaladas frescas y crudas compuestas por todo tipo de hortalizas que son ricas en vitaminas y minerales. Estas últimas pueden consumirse como primer plato ya que son alimentos voluminosos que proporcionan una mayor sensación de saciedad, ayudándo de esta manera a no comer en exceso otro tipo de alimentos menos recomendables.

Como dice el dicho tan conocido pronunciado por Hipócrates "“Deje que los alimentos sean su medicina y que la medicina sea su alimento” .  

La comida no solo nos es útil para alimentarnos. También nos es útil para prevenir enfermedades y curarlas. Todo consiste en aprovechar bien los nutrientes que tengan los alimentos que consumimos en nuestra dieta. ¡Vale la pena cuidarse!                            

 

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