Existen diferentes factores que pueden influir para que una persona desarrolle sobrepeso u obesidad o sea más propensa a padecerla, entre ellos, factores psicológicos, factores sociales, factores biológicos, factores ambientales, factores endocrinos, factores alimentarios...
A continuación paso a considerar de forma sencilla y resumida alguno de ellos.
FACTORES PSICOLÓGICOS
A lo largo de la vida todos vivimos momentos en los que estamos más estresados, cansados, ansiosos, deprimidos o apáticos. En estas épocas, es habitual comer más, buscando en este acto una manera de relajarnos, distraernos y sentirnos mejor: es algo que nos hace sentir bien porque libera numerosos neurotransmisores, como la dopamina, que hace que disminuya la sensación de angustia generada por el estrés y la ansiedad. Para ello, en muchas ocasiones, se recurre a ciertos alimentos, como los dulces y el chocolate especialmente, ya que cuando estamos estresados se produce cortisol, que es la hormona que nos prepara para reaccionar ante situaciones de peligro. Y esa demanda de energía hace que el cuerpo requiera más glucosa para continuar funcionando, de allí que cuando estamos ante situaciones demandantes nos provoque esas ganas incontrolables de algo dulce.
FACTORES BIOLÓGICOS
La herencia uno de los factores a los que más se le suele atribuir el exceso de peso, pero realmente no siempre es la causa directa. . Es importante considerar el hecho de que si en la familia existe obesidad, no significa que se tendrá que ser obeso, siempre y cuando se adopte un estilo de vida saludable.
Aunque sí existen genes en el ser humano que predisponen a la obesidad. Uno de los más estudiados es la Leptina, una proteína que actúa en el cerebro para controlar el apetito. Esta proteína no se produce en cantidad suficiente o no actúa adecuadamente en las personas obesas, lo que dificulta la regulación del apetito y hace que coman más y aumenten de peso con facilidad.
FACTORES ENDOCRINOS
En algunas personas pueden darse ciertas alteraciones hormonales de las glándulas de secreción interna que favorecen la obesidad. Entre éstas hormonas, el aumento de cortisol, producido por las glándulas suprarrenales, puede llegar a ocasionar alteraciones como el llamado síndrome de Cushing, una enfermedad en la que se incrementa la grasa en el cuello y el tronco.
También puede ocurrir que exista un deficit en la producción de hormonas tiroideas lo que provoca que se enlentezca la metabolización de los alimentos y la capacidad para que el organismo queme las grasas. Al disminuir de manera notable la reducción del gasto energético puede suceder que en determinadas personas se presente una tendencia al sobrepeso y la obesidad, no relacionada necesariamente con la alimentación. Cuando se produce este deficit aparece el hipotiroidismo lo que hace que no se produzcan las cantidades necesarias de las hormonas tiroideas y esto influirá en el metabolismo o rapidez con que un individuo quema calorías.
FACTORES ALIMENTARIOS
Hay personas que tienen tendencia al consumo de alimentos de alta densidad calórica, como fritos, salsas, mayonesa, mantequilla, dulces, postres, gaseosas, helados..., además de consumir comidas abundantes. Este exceso, sumado a una vida sedentaria, es, quizás, una de las principales causas de la obesidad. Si bien es cierto que los factores genéticos, endocrinos, psicológicos y también algunos medicamentos pueden influir en el exceso de peso, los buenos hábitos alimentarios, junto con el ejercicio físico permiten que la balanza se mantenga equilibrada.
La composición de los alimentos en los que predomina la grasa, la forma de cocinado de los alimentos (fritos, abundantes salsas)..., el exceso en el tamaño de las porciones de los alimentos consumidos, el consumo de comida fuera de casa (sule consumirse comida rápida, y se abusa de los fritos), así como la poca actividad física, son algunos ejemplos del estilo de vida que favorece el aumento de peso.
Los hábitos alimentarios saludables junto con el ejercicio físico son los dos pilares básicos para evitar el sobrepeso y la obesidad.
