COVID-19 y obesidad. La importancia de nuestra inmunidad innata
COVID-19 y obesidad. La importancia de nuestra inmunidad innata
24 Sep
24Sep
Debido a la actualidad que vivimos, hoy me gustaría hablaros de la relación entre el Covid-19 y la obesidad, ya que hay varios factores que podrían influir en el mayor riesgo de infección y complicaciones por Covid-19 en los pacientes con obesidad. El primero de los cuales sería la asociación de la obesidad con otras comorbilidades y con una mayor predisposición a los fenómenos tromboembólicos, lo cual ya se ha asociado, con una peor evolución de la enfermedad.
Es muy importante tener presente que nuestra primera defensa frente a cualquier agresión, como podría ser el caso de la infección por el SARS-CoV-2, es nuestra inmunidad natural o innata. Ésta comienza por las barreras físicas del cuerpo, es decir, por nuestra piel y por las mucosas.
Estos ‘soldados de choque’ son capaces de eliminar al agente invasor sin que el resto de la complicada y perfecta maquinaria de la respuesta inmunitaria tenga que actuar. «Son células (como los granulocitos, los monocitos, las células dendríticas y otras) capaces de reaccionar frente a multitud de agentes peligrosos y tienen una gran potencia biológica, aunque no pueden actuar durante mucho tiempo»
Todas las personas tenemos inmunidad innata: «La línea de defensa principal en el recién nacido es la inmunidad natural o innata. De hecho, las personas con defectos genéticos en estos componentes suelen tener enfermedades o inmunodeficiencias primarias muy graves que cursan con infecciones desde la infancia temprana y con desarrollo de problemas tumorales, entre otros problemas».
La inmunidad innata reacciona frente unas moléculas que indican un peligro endógeno para el organismo (un ejemplo que todo el mundo conoce es el ácido úrico causante de la gota, por ejemplo), y también todo peligro exógeno, por ejemplo asociado a los microorganismos patógenos, y que denominamos patrones moleculares asociados a patógenos.
Los principales fenómenos que le pueden afectar están asociados al estrés y a la fatiga, así como relacionados con una mala alimentación, lo que puede llevar a la obesidad y que a su vez debilita el organismo y acarrea multitud de complicaciones y enfermedades asociadas comoson la hipertensión, diabetes mellitus, enfermedad coronaria, dislipemia, accidente cerebro vascular, cáncer, problemas respiratorios...
Para evitar todas estas complicaciones y ayudar a que nuestra sistema inmune esté fuerte «Simplemente vale con llevar una vida sana, manteniendo el descanso nocturno con las horas necesarias, evitar el estrés permanente, llevar una alimentación sana y equilibrada con alimentos naturales y preparaciones sencillas, sin necesidad de suplementos dietéticos, la realización de ejercicio, y caminar de forma regular, así como mantener una exposición al sol (con la debida protección frente a los rayos UVA) diaria, y al aire fresco, entre otros factores».
Me doy cuenta que en nuestra sociedad, muchas personas no son conscientes de la relación directa que existe entre todo el conjunto de nuestro organismo ( pues como he mencionado ya en otros articulos publicados, somos un todo y lo que afecta a una parte de nuestro cuerpo afecta a todo el resto), y los agentes externos que nos rodean, y que nosotros somos los primeros responsables de nuestra salud y como responsables, debemos cuidarla para evitar que vengan las enfermedades. Si no cuidamos nuestra alimentación y no llevamos una vida sana, las enfermedades vendrán.
Cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de ser responsables, cuidandonos y cuidando a los demás.