Parece que cuando hablamos de salud todo se concentra alrededor de la comida. Si eres de lo que piensa así, averigua por qué no tienes razón.
Nadie cuestiona la importancia de comer. Pero cuando se trata de ejercicio, su importancia no se toma muy en cuenta. Es cierto que podríamos pasar toda nuestra vida en cama, pero las consecuencias serían atroces: adiós al músculo y por ende, al movimiento. Se llama atrofía y estaríamos enfermos.
El ejercicio físico es muy importante para la PLENA SALUD del organismo, físico y mental. Las hormonas y endorfinas que producimos a través de la actividad física se traduce desde fortalecer el músculo, regula las funciones fisiológicas y nuestro desempeño cerebral, modifica nuestro estado de ánimo y hasta estimula el metabolismo como disminuir la resistencia a la temida insulina. Un metabolismo activo es sinónimo de salud psíquica y física.
Antes de hablar de los beneficios de hacer ejercicio tenemos que entender nuestros orígenes y nuestra biología. Hace miles de años el hombre hacia tremendos esfuerzos físicos para poder alimentarse. A su vez se alimentaba para llenarse de energía y poder resistir dicho esfuerzo. Es decir, era un ciclo infinito de recolección y gasto energético. Nuestro organismo esta diseñado para alimentarnos y ejercitarnos al mismo tiempo.
Pero…
Hoy en día los alimentos los conseguimos demasiado fácil, a veces ni siquiera tenemos que salir de la casa, ¡Nos la traen a domicilio! Además los productos industrializados contienen un impresionante valor calórico. Nuestros trabajos nos obligan a estar sentados más de 8 horas al día, tenemos ascensores, controles remotos, teléfonos. El estilo de vida occidental está lleno de comodidades y nos falta tiempo para encontrar un hueco para ejercitarnos. Nuestra genética diseñada para grandes esfuerzos físicos y pocas calorías, ahora tiene que sufrir un modo de vida totalmente contrario. No es de extrañar la epidemia de obesidad y enfermedades que se han estado gestando en los últimos años. No solo la culpa la tiene la comida.
1. Quema calorías
2. Reduce considerablemente los riesgos de padecer obesidad
3. Aumenta la densidad ósea y reduce el riesgo de padecer osteoporosis
4. Mantiene la flexibilidad en tendones y ligamentos
5. Retrasa los síntomas del envejecimiento
6. Alivia el estrés y la ansiedad
7. Te hace sentir más feliz (mayor segregación de hormonas como serotonina y endorfina)
8. Mejora los procesos neurológicos
9. Aumenta progresivamente la energía
10. Te ayuda a dormir mejor
11. Estimula el sistema inmunológico
12. Acelera el metabolismo
13. Promueve el movimiento intestinal y las evacuaciones
14. Promueve la actividad cardiovascular y reduce los riesgos de padecer enfermedades coronarias e hipertensión
15. Aumenta la capacidad pulmonar
16. Desarrolla los músculos e impide que se atrofien
17. Estimula la liberación de toxinas a través del sistema linfático
18. Mejora la salud de la piel
¿SON NECESARIAS LAS VITAMINAS CUANDO SE HACE DEPORTE?
Muchas personas cuando por fin deciden hacer una actividad física tienen dudas como alimentarse y si necesitan suplementación. Los individuos que solo van a pasear media hora, no necesitan tomar ningún complejo vitamínico extra, ni suplementarse con proteínas solubles ni usar sueros. Pero esto cambia cuando el deporte ya es de cierta intensidad y mantenido en el tiempo.
Es cierto, las vitaminas y minerales se pierden con el deporte intenso y se pueden cubrir muy bien con la alimentación. Siempre y cuando la dieta sea variada y equilibrada. Tomar un suplemento vitamínico-mineral no va a mejorar el rendimiento físico: resistencia aeróbica, fuerza y velocidad, pero cuando se combina ejercicio con dietas que no están del todo equilibradas o hipocalóricas se pueden desarrollar estados carenciales, por eso, es de vital importancia pautarse una dieta acorde al gasto metabólico total.
En los deportistas con entrenamientos muy intensos y agotadores Sí es aconsejable tomar vitaminas antioxidantes (A, C y E), porque protegen contra el daño muscular y evitan la formación de radicales libres. Estas se pueden conseguir mediante la alimentación con hígado, zanahorias, pollo, naranjas, kiwi, aceite de oliva...
La importancia de la vitamina C en el deporte adquiere cada vez mayor importancia, ya que esta puede acelerar la recuperación del glucógeno del músculo y estimular el sistema inmunitario además de facilitar la absorción del hierro.
¿Y SI EMPEZAMOS A MOVERNOS AHORA?
Estírate. Mueve tu cabeza, tus hombros echalos para atrás. Respira y exhala. Ponte un próposito, inventa excusas para moverte. Busca oportunidades. Sube y baja escaleras en vez de montar en un ascensor. Aparca lejos y camina. Ve más veces a la impresora. Estira cuando te sientas comprimido.
Cambiar un hábito se necesita voluntad. Caminar 30 minutos diarios es un objetivo fácil de cumplir. Poco a poco tu cuerpo te pedirá más. Escoge una actividad que te guste y que sepas que puedes hacer de forma regular. ¿Te gusta bailar? Te recomendamos hacer zumba. ¿Te gusta competir? Nada mejor que unirse a un equipo deportivo. ¿Te gusta ir a la playa? Es una buena oportunidad para aprender a surfear. Hay millones de formas de ejercitar, solo debes encontrar la que a ti te resulte mejor.