La alimentación insana provoca que se acumulen en nuestro organismo productos extraños y tóxicos que sobrecargan nuestros órganos y dificultan el funcionamiento de los mismos. Podría compararse a la carrocería de un coche. Si tenemos cuidado de mantenerlo siempre a punto, realizando el cambio de filtros, de aceite y "alimentandolo" de un buen combustible haremos que su funcionamiento sea óptimo y durará más tiempo. Por el contrario si somo un tanto descuidados con el mantenimiento de nuestro coche, el motor se resentirá, irá perdiendo su fuerza y su duración se reducirá.
Lo que ingerimos es lo que nuestro cuerpo va a utilizar como combustible, sea para bien si le aportamos un buen alimento, o sea para mal si aquello de lo que nos alimentamos puede resultar perjudicial. Pienso que la gran mayoría de las personas que no se preocupan en cuidar su alimentación, no son conscientes de esta verdad, debido a que uno puede pasarse días, meses, y años comiendo malos alimentos que poco a poco van deteriorando su salud, pero al ser algo progresivo y más bien a largo plazo, o bien no se relaciona con aquello que se ingiere o bien no se le da la importancia que tiene al no ser algo que se manifieste repentinamente. Pero, ante esto yo pregunto ¿harías lo mismo si supieses que ese alimento que te vas a comer en este preciso momento te va a causar una enfermedad crónica, o grave o incluso la muerte, YA, HOY, AHORA? ¿Te lo comerías?
Toda enfermedad supone un trastorno de la nutrición, y especialmente digestivo, pues nuestro sistema digestivo representa el 70% de las defensas. Si uno come mal, tiene mucho estreñimiento o gastroenteritis, infecciones, o toma muchos antibióticos, se trastorna todo el tráfico, es decir la función de filtrar, defender, eliminar y absorber. Cuando este sistema depurativo, el más grande del cuerpo, funciona mal, otro órgano, como la piel, coge su función. Las consecuencias son dermatitis, psoriasis, acné, piel atópica, manchas,... síntomas cuyo origen en un 80% es intoxicación interna. Y esto en el mejor de los casos pues puede suponer enfermedades más graves, por ejemplo el estreñimiento y la putrefacción proteica están vinculados al desarrollo del cáncer y a los procesos degenerativos sistémicos prematuros. Con la vida que llevamos (sedentaria, estresada, alimentación cuya calidad no está muy controlada...) no eliminamos todo lo que ingresamos y por tanto absorbemos toxinas, sufrimos putrefacción, inflamación, intoxicación y bajan las defensas.
Nuestro organismo es un todo indivisible y cada una de sus partes está en íntima dependencia del resto, luego ninguna parte de él puede enfermarse sin comprometer el todo.
Cada acción de nuestra vida cuenta y todo lo que hacemos tarde o temprano, nos viene de vuelta. Mi consejo y mi ánimo para ti hoy es que le des a tu cuerpo lo que le hará bien. Si empiezas a reconectar, sentir, entender lo que te sienta mal, ser consciente de lo que comes y cómo, en quince días notas un cambio. La gente que escucha su cuerpo y sabe comer, es más equilibrada porque aprenden a estar en armonia con su cuerpo, con ellos mismos.